La capacidad de escucha es imprescindible para los padres. A través de ella se establece la verdadera comunicación con los hijos y es una fuente de conocimiento como ninguna otra.
Me encuentro escribiendo este post y, ¡qué casualidad!, Jordi Basté en su programa «El món a Racc1 dedica el davantal” (la entrada que hace cada día a las 8 de la mañana con algún tema que les parece de interés), a la importancia de hablar y escuchar a los hijos, sobre todo escuchar. Basté nos habla de hijos adolescentes y jóvenes, puesto que ha salido una estadística que indica que la primera causa de muerte entre los adolescentes en España, en estos momentos, es el suicidio.
Aunque, obviamente, este es un tema alarmante, para mí la capacidad de escucha es siempre imprescindible en el papel de padres, sea cuál sea la situación y ya desde que los niños son pequeños, no solo en la adolescencia y juventud. La escucha es uno de los pilares para hacer que nuestros hijos se sientan bien, tal y como comenté en el post “PRIMEROS AUXILIOS. Tiritas para el corazón”.
¿De qué hablamos cuando hablamos de la escucha?
ESCUCHAR = OÍR + INTERPRETAR
Como habrás podido comprobar cientos de veces en tu casa, lo que se dice y lo que se escucha son dos cosas muy diferentes. Este hecho provoca recriminaciones tipo: “no me escuchas”, “no me entiendes”, “te digo las cosas y no te enteras”, etc.
¿Qué te impide escuchar bien a tu hijo/a?
Existe varios bloqueos que actúan como interruptores en nuestra capacidad de escucha…te muestro algunos, ¡a ver cuál es tu favorito!
- Juzgar: Mientras escuchas ya vas elaborándote opiniones negativas y vas buscando pruebas que confirmen estas opiniones negativas… Mientras buscas en tu interior cómo validar esta opinión negativa que tienes, en algún momento has dejado de escuchar y no te has dado ni cuenta.
- Leer el pensamiento: “Dice esto pero seguro que quiere decir aquello”. Vas pensando algo como: “yo a mi hijo/a lo conozco muy bien y sé que en realidad quiere decir tal o cual cosa”.
- Ensayar la respuesta: ¿Nunca te has montado la conversación en tu cabeza justo antes de tenerla? “Yo diré, luego él dirá…”. Cuando llega el momento de escuchar con atención estás más pendiente de seguir con el guion que te habías montado que de seguir la conversación real.
- Soñar: en cuanto se pone a hablar, algo se pone en marcha en tu mente, te desconectas; una cadena de asociación de ideas. Mientras te habla vas programando lo próximo que vas a hacer, la compra que tienes pendiente, etc., etc.
- Aconsejar: No dejas que termine de hablar. Antes ya buscas soluciones y consejos adecuados y se los intentas traspasar.
- Discutir: ¿Eres demasiado rápido/a a la hora de no estar de acuerdo?. Esto es más común cuando el que habla es un hijo/a adolescente. Lo más fácil es acabar la conversación discutiendo…se agota la paciencia y no escuchas, das por sentado que no te va a gustar lo que te dice o que no te va a parecer bien.
- Presuponer que tú tienes razón: Como eres el adulto, eres el padre o la madre, ya presupones que tendrás tú la razón, así que no prestas toda la atención. Pones el esfuerzo en hacer lo posible por no contradecirte.
- Buscar la aprobación: Quieres estar bien con tu hijo/a, gustarle, caerle bien sí o sí y entonces apruebas sus ideas… sin acabar de escuchar atentamente.
- Cambiar de tema. Sobre todo cuando piensas que la conversación os va a llevar al conflicto o que lo que te dicen no te va a gustar, cambias de tema repentinamente. Con los niños más pequeños es aquello de “intento distraerle” para que lo deje estar…
- Etc.
Com fer per escoltar millor el teu fill/a
¿Eres de los/las que normalmente das por sentado que escuchas lo que tu hijo/a te ha dicho y supones que lo que dices es lo que él/ella va a escuchar?. ¿Cómo puedes saber que lo que has escuchado es lo que tu hijo/a ha dicho?
Pues la clave es sencilla. Solo hace falta preguntar para saber si el te entendió y preguntar para saber si tú has entendido.
¿Cómo puedes comunicarte eficientemente?
¡Detectando qué es lo más importante para los dos, para ti y para tu hijo/a!
Amb la capacitat d'escoltar dels pares s'estableix la veritable comunicació amb els fills ia més és una font de coneixement sobre ells immillorable
Para asegurar que el mensaje ha sido entendido aquí tienes algunas preguntas o frases que te pueden servir.
- Para ver si te he comprendido bien, lo que me has dicho es que…
- No sé si he sabido explicarme, qué te parece si me comentas lo que te he dicho para asegurarnos.
- Deja que me asegure de haberme explicado bien, ¿qué deberíamos hacer en caso de…?
- ¿Podrías repetirme lo que te he comentado?
- O sigui que el que m'has dit és que…
Más que hablar alto, fuerte y claro, lo que funciona, lo que hace que puedas entenderte con tu hijo/a es escuchar atentamente e interpretar. Y preguntar para escuchar mejor.
Y para acabar ¡un clásico de Disney!
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