Los adolescentes se hacen fotos con el móvil a todas horas. Su autoimagen cobra protagonismo y las nuevas tecnologías (en concreto los smartphone) se lo ponen fácil.
Hace unos años que la mayoría de hijos/as de mis amigos/as ha entrado en la adolescencia. Me fascina observar cómo se desenvuelven, qué cosas hacen y dicen, etc. Pero uno de los aspectos que siempre me ha llamado la atención es lo mucho que les encanta hacerse fotos posando con el móvil. Incluso quedan (sobre todo las chicas) con las amigas o los amigos para hacerse reportajes fotográficos. Te dicen: “hemos quedado a tal hora en tal sitio porque NOS vamos a hacer fotos”. Esto es para ellos lo más normal del mundo.
En uno de mis últimos viajes, paseaba por una concurrida calle de Moscú y descubrí un grupo de chicas (entre 14 y 16 años) haciéndose fotos igual, igual, que mis adolescentes de Barcelona. Me quedé sorprendida, era como si las distancias no existieran…Pensé: “¿son todos los adolescentes de las sociedades occidentalizadas iguales? ¿Qué hace que a una adolescente barcelonesa le guste hacerse fotos exactamente igual que a una adolescente rusa?” y con las mismas poses, la misma manera de poner los morritos…
Explicaciones puede haber muchas, como la globalización, las modas, la influencia televisiva, etc. Seguro que todo esto influye, pero la más determinante es la importancia de la autoimagen en esta época de su vida.
No se puede intentar comprender a los adolescentes sin tener este factor en cuenta.
La autoimagen es la forma en que cada uno nos vemos a nosotros mismos.
En el caso de los adolescentes, se basa mucho en el aspecto físico: el peso (estar delgado o gordo), tener una nariz o unas orejas grandes, ser alto o bajo, todo esto pueden ser preocupaciones que se acaban convirtiendo en problemas.
Pero la autoimagen no solo debería depender del físico. También de las capacidades y los talentos que cada uno tiene, los objetivos que somos capaces de lograr, la capacidad de reconocer y gestionar las propias emociones.
Todo ello contribuye a la autoestima que puede ser positiva o negativa y que les impulsa en el momento de asumir nuevos desafíos, superar frustraciones, etc.
La autoimagen la construyen normalmente a partir de lo que los demás les han dicho (los amigos, los padres, los profesores, etc.) En esta edad, en la que son tan susceptibles, todo cuenta y cualquier cosa por insignificante que parezca puede hacer que su autoestima crezca enteros o caiga en el más profundo de los pozos.
Por ello la familia, los padres, podéis ayudar a que comprendan que los seres humanos somos mucho más que una imagen. Aunque es importante hablar de ello desde que son pequeños, es ahora en la adolescencia cuando cobra mayor significado.
¿Qué se puede hacer cuando tu hijo/a adolescente está muy “obsesionado/a con su imagen?.
- Tomarse tiempo para conversar: hablar con él/ella para entender las causas y los motivos de las decisiones que toma. Escuchando, no juzgando.
- Respetando sus opiniones: descubrir cuál es su manera de observar el mundo a través de sus opiniones nos dará una idea de la persona que se está constituyendo.
- Descúbrele/a: anímale/la a que descubra sus capacidades, sus habilidades, sus virtudes. Todos tenemos. Si él /ella no las ven, tú como su padre o madre, cuéntale todas las cosas maravillosas que ves en él/ella.
- Apoyarle/a, hazle creer que es dueño/a de su vida: que no sientan que hay cosas que no pueden cambiar. Tu hijo/a puede decidir convertirse en la persona que desee. Si tú como adulto no crees en ello, empieza por ti.
Mírale a los ojos desde el alma y dile que su exterior (su físico) refleja toda la belleza de su interior que es mucha. Y que aunque ahora puede que no lo crea tú sí crees en él/ella y lo ves.
Os dejo una conferencia, “La mujer más fea del mundo”, que a mí me emocionó y me inspiró.
(Vídeo)
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